jueves, 22 de mayo de 2008

Y las olas estaban de huelga...

El día no ha comenzado con muy buen tiempo. Las nubes se presentaban con un tono un poco amenazante,así que yo ya pensaba que hoy no habría muchas opciones. Sin embargo, según a ido avanzando el día parecía mejorar, así que de vuelta ya en el tren, me ha entrado un poco de nostalgia al acordarme de una vieja amiga a la que tenía ganas de volver a tener cerca, mi tabla de surf... jejeje. Si, a pesar de que aún no controlo este campo, me encanta intentarlo. Cuando estoy en el agua encima de ella me lo paso bien, no se, me da una sensación como de felicidad, es algo que aunque no me salga lo sigo intentando y lo disfruto, ya que la sensación de poder coger una ola, aunque sea un poco, es indescriptible.
Sin pensarlo más, he llamado a una de mis amigas, Alaz, y le he propuesto que se viniera conmigo. Le dicho que le dejaba mi traje y una tabla y que se animara. No me ha costado mucho convencerla aunque ella me decía que nunca había hecho surf, pero a mi me daba igual porque lo importante era que nos lo fuéramos a pasar bien y de paso echarnos unas risas.
Pues allí en Laga que nos hemos plantado las dos. El mar estaba bastante tranquilo y las olas eran pequeñas y sin fuerza pero aún así nos hemos metido, aunque sea a pegarnos un remojón.
Yo me he puesto el traje de surf corto que tengo y el largo se lo ha puesto Alaz, que por cierto le ha costado un poquito. Nada, no había nada que coger... la cosa estaba chunga. Para una vez que nos mojamos... pero bueno ahí hemos andado chapoteando de un lado a otro con las tablas jejeje, un poco de relax tampoco viene mal, no?Al final de no hacer nada me he ido quedando fría así que después de haber estado bastante tiempo deanvulando sobre las tablas, nos hemos salido. Aaaaaay Alaz la que a liado para quitarse luego el trajeeeeeeeee, juas! Se ha caído y todo! jajaja... estaba maja en el suelo, que risas nos hemos echado. Luego yo me he puesto a saltar como un mono haciendo el longuis, como una regadera...
Me había entrado hambre así que he abierto un paquete de pelotazos que había llevado para esos momentos que entran tan bien. Luego hemos estado tranquilamente disfrutando del ambiente relajado de la playita y para casa. Cuando veníamos de vuelta, al pasar por Laida, hemos visto una lancha con un tío que estaba haciendo eski acuático, muy curioso, he parado la furgo para sacarle una foto pero el muy cabrito se iba ya hacía la ría, manda huevos... que pena...

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