Esta semana al no haber ninguna competición esta siendo bastante pobre de entrenamiento. Una de correr, dos de bici y una pobre de piscina y justo justo. Miércoles y Jueves, descanso total (que tampoco viene mal).
Desde que he vuelto al trabajo estoy descuidando la natación. Parece que vuelven los viejos tiempos, y ahora que le había cogido un poco de gustillo no quiero que se me vuelva a quedar atrás, así que habrá que hacer otro esfuerzo más para hacer un huequito al agua.
La verdad es que ahora con el trabajo, el entrenamiento y el seguir dando pecho me paso el día bostezando, y supuestamente estoy cansada, pero estoy sorprendida conmigo misma porque aún sigo sacando fuerzas para todo. Será que el cuerpo aguanta más de lo que creemos? Será que la maternidad ha cambiado la resistencia de mi cuerpo? no lo sé... pero espero seguir con gasolina para largo.
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