- Distancia: unos 10 Km (subida)
- Día: 24 de Diciembre de 2008
Otra mañana que amanecía con el frio como protagonista. No había mucha niebla respecto a los anteriores días.
La verdad que yo con lo rodado el día anterior, no tenía muchas ganas y el frío tampoco invitaba a salir de casa, pero como siempre todo es hasta empezar y siendo una subida seguro que no tardaríamos en quitar el frío.
Poco a poco ibamos entrando en calor, aunque la helada que había caido se notaba en algunas zonas sombrías sobre todo porque el suelo se encontraba blanquecino y porque se notaba un frio de la pera al pasar por ahí.
Menos mal que Jon ya nos comentó algo de que dejaramos las fuerzas para el final, así que con un ritmo llevadero para mis piernas, fuimos poco a poco ascendiendo sobre la pista.
Cuando la pendiente se ponía un poco peleona notaba bastante las piernas de lo del día anterior.
El recorrido muy bonito y estuvó bastante bien salvo un par de pequeñas zonas con barro acumulado, pero que no me parecieron nada después del pringue del día anterior. El resto era disfrutar del camino a la vez que haciamos un poco de deporte.
Por fin ya llegando arriba la cosa ya se iba complicando más, más pendiente y, al levantar la vista al frente dónde veo que el asfalto se convierte en una pared! Debía ser el trozo del que nos avisó Jon abajo. En cuanto lo ví le dije a Remen que yo eso no subía aunque según me fui acercando pensé en probar suerte.
Con todo el desarrollo más flojo metido, ttipi-ttipa, y echando todo lo que podía el peso sobre la rueda delantera; tras un esfuerzo tremendo conseguí pasar aquella "pared" de hormigón, y seguidamente nos desviariamos hacía un terreno de tierra/hierba en el que era más técnico y me heche el pie a tierra porque ya no podía más. Tras unos pocos metros (lo que duraba el terreno más dificultoso) empujando la bici, que no podía ni con mi alma, cuando se mejoraba el terreno me volví a subir a la bici para rodar unos metros más por hierba y finalmente llegar a la "meta", donde estaban cogiendo los tiempos.
Arriba disponiamos de avituallamiento. Descansamos un poco, disfrutamos de las vistas que teníamos desde allí, y sacamos alguna foto para el recuedo (faltaría más) junto con Jon al que volvimos a ver arriba.
Luego, sin pasar mucho el tiempo para no quedarnos muy fríos, bajamos de nuevo hasta Zornotza, donde nos esperaba otro buen avituallamiento, nada más y nada menos que... caldito calentito con un pintxo de txistorra que fueron la gloria para culminar la batalla. Buah! como entraron! me hubiera comido yo alguno más... jajaja tanto de la txistorra como el caldito... que buenos! mira que normalmente cuando hago alguna carrera o algo no me suele entrar nada, pero esta vez vinieron de perlas, se agredecían para calentar las entrañas, jejeje...
La verdad que yo con lo rodado el día anterior, no tenía muchas ganas y el frío tampoco invitaba a salir de casa, pero como siempre todo es hasta empezar y siendo una subida seguro que no tardaríamos en quitar el frío.
En la salida nos encontramos con Jon Abendibar otro que también hizo la subida a Urkiola el día anterior y que se animaba a otra.
La marcha tenía 3 salidas: a las 9:30 salían los que iban andando, a las 10:15 se daba salida a los que subirían corriendo y finalmente a las 10:30 saliamos los de la BTT.
Cuando salieron los que corrían a Remen le pareció ve a alguien del Mugarra pero no dió el ojo para ver de quién se trataba.
Por fin a las 10:30 salimos un gran pelotón con ganas de ponerse al sol como los caracoles. La organización ya avisaba del cuidado que habría que tener en las primeras curvas de la subida pues podíamos encontrarnos con hielo.
Yo es el primer año que hago esta marcha. Parece que los años anteriores cogían tiempos al llegar abajo, pero este año por precaución para que los BTTeros bajariamos suave para no llevarnos a nadie por delante de la gente que va andando o corriendo, se cogían los tiempos al llegar arriba.La marcha tenía 3 salidas: a las 9:30 salían los que iban andando, a las 10:15 se daba salida a los que subirían corriendo y finalmente a las 10:30 saliamos los de la BTT.
Cuando salieron los que corrían a Remen le pareció ve a alguien del Mugarra pero no dió el ojo para ver de quién se trataba.
Por fin a las 10:30 salimos un gran pelotón con ganas de ponerse al sol como los caracoles. La organización ya avisaba del cuidado que habría que tener en las primeras curvas de la subida pues podíamos encontrarnos con hielo.
Poco a poco ibamos entrando en calor, aunque la helada que había caido se notaba en algunas zonas sombrías sobre todo porque el suelo se encontraba blanquecino y porque se notaba un frio de la pera al pasar por ahí.
Menos mal que Jon ya nos comentó algo de que dejaramos las fuerzas para el final, así que con un ritmo llevadero para mis piernas, fuimos poco a poco ascendiendo sobre la pista.
Cuando la pendiente se ponía un poco peleona notaba bastante las piernas de lo del día anterior.
El recorrido muy bonito y estuvó bastante bien salvo un par de pequeñas zonas con barro acumulado, pero que no me parecieron nada después del pringue del día anterior. El resto era disfrutar del camino a la vez que haciamos un poco de deporte.
Por fin ya llegando arriba la cosa ya se iba complicando más, más pendiente y, al levantar la vista al frente dónde veo que el asfalto se convierte en una pared! Debía ser el trozo del que nos avisó Jon abajo. En cuanto lo ví le dije a Remen que yo eso no subía aunque según me fui acercando pensé en probar suerte.
Con todo el desarrollo más flojo metido, ttipi-ttipa, y echando todo lo que podía el peso sobre la rueda delantera; tras un esfuerzo tremendo conseguí pasar aquella "pared" de hormigón, y seguidamente nos desviariamos hacía un terreno de tierra/hierba en el que era más técnico y me heche el pie a tierra porque ya no podía más. Tras unos pocos metros (lo que duraba el terreno más dificultoso) empujando la bici, que no podía ni con mi alma, cuando se mejoraba el terreno me volví a subir a la bici para rodar unos metros más por hierba y finalmente llegar a la "meta", donde estaban cogiendo los tiempos.
Arriba disponiamos de avituallamiento. Descansamos un poco, disfrutamos de las vistas que teníamos desde allí, y sacamos alguna foto para el recuedo (faltaría más) junto con Jon al que volvimos a ver arriba.
Luego, sin pasar mucho el tiempo para no quedarnos muy fríos, bajamos de nuevo hasta Zornotza, donde nos esperaba otro buen avituallamiento, nada más y nada menos que... caldito calentito con un pintxo de txistorra que fueron la gloria para culminar la batalla. Buah! como entraron! me hubiera comido yo alguno más... jajaja tanto de la txistorra como el caldito... que buenos! mira que normalmente cuando hago alguna carrera o algo no me suele entrar nada, pero esta vez vinieron de perlas, se agredecían para calentar las entrañas, jejeje...
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