miércoles, 16 de febrero de 2011

Duatlón de Astillero

  • Día: 13 de Febrero de 2011
  • Distancias: 6 km - 26,5 km- 3 km
Suena el despertador. Vaya pereza me daba el tener que viajar sola hasta allí, por lo que me quedo otros diez minutos más para debatir la decisión con la almoada.
Finalmente me levanto porque no hay acuerdo. Me quería quedar a gusto al calorcito, pero la almoada es de ideas fijas, me decía que para algo me había inscrito.
Me preparo pero en el desayuno la duda sigue conmigo. Al final Remen toma la decisión de acompañarme pese a su entrenamiento.
Saliendo del portal ya teníamos un pequeño adelanto de lo que se venía encima. Ya suelto la primera protesta "Joe! Yo con este viento no quiero hacer!"...
Nos ponemos en camino y en la A-8 a cada kilómetro que avanzamos crece mi acojono. Me cago por la pata pabajo, el viento sopla con tanta fuerza que cuesta llevar el volante, y peor aún es que era racheado, con rafagas fuertes "oh Dios! me quiero ir a mi casaaaaaaaaaa!", oye! de verdad que iba acojonada... jajaja (en aquel momento no me reía...)
Llegamos a Astillero, y el tiempo va a peor. Va cambiando tanto que empiezo a desear que se suspenda la prueba. Llevando la bici en la mano a boxes ya casi me tira el viento, ¿que sería de mi en la carrera, por allí por donde sea?!...
Siempre he dicho, prefiero la lluvia antes que el viento, pueeesssss, ¿no quieres taza? Pues toma taza y media!!
Empezamos a calentar y cada vez se pone peor. Nos ponemos a dar vueltas a la manzana, helados de frío con la lluvia que picaba en la cara y el viento que casi nos saca volando. Y yo pensando que porque quería haber venido...
Pensabamos que bastante sería el que las bicis se mantuvieran de pie en boxes... un milagro...
Por fin en la salida. "Mejor que pase todo cuanto antes, que me quiero ir para casa!". Dan la salida y salgo con Remen. Vamos los dos al mismo ritmo, yo iba bastante bien en ese ritmo. Quizá la influencia de la tensión y el miedo al temporal... Nos quedamos casi los últimos. Como siempre, la gente sale con pepinillos en el culete... que prisas leche!
Llego a boxes con mi gran animador, Remen, jejeje. A partir de ahí, él a volar (aunque de lado a lado jajaja). Hace una transición rápida y yo ahí, recogiendo castañas. Me hubieran dao un Oscar por la gran transición que hice (quizá los nervios?). Que si el velcro de las zapatillas de la bici, que si la lengüeta se me queda por encima, que si para aquí, para allá, vamos que no daba una, de película aaaaaaayyyyyyyyyyy... transición rídicula, como me luzco jajaja...
Salgo a por Eolo. "Sálvese quien pueda", no había otra...
El sector de la bici se hizo muy duro. Fuertes ráfagas de viento, que como bien decía Remen, bastante teníamos con mantenernos en pie sobre la bici.
Costaba avanzar, e incluso casi te frenaba en seco. Incluso en el giro del cono de la segunda vuelta, (girando con el plato puesto jijiji anda que...) me pilló otro rafagón en la que me ví con el pie en el suelo porque sino me empotraba de lado contra un coche de los que estaban viendo la carrera, uuuuuuuf!
Despues del infierno, ya me voy tranquilizando según llegamos de nuevo a boxes.
Transición algo más rápida (no era muy difícil mejorar la anterior) y a por los 3 últimos kilómetros que consistían en dos vueltas.
Por fin acabé la prueba, sin miedos y contenta porque desde la salida sólo había visto a otras dos chicas. La pro de Pereiro y mi amiga Laura. Pues ahí, entre las dos me quedé. Podium fácil, pero bueno, ahí aguante el chaparrón (y nunca mejor dicho!).
Eskerrikasko ta mila esker a Remen por haberme acompañado, aunque le vino bien ese vendabal de cara al IronMan de Lanzarote que se va acercando, una pequeña simulación jejeje... espero que allí no tenga esa ventolera, por lo menos con esa intensidad... MILA ESKER REMEN! Zorionak por la carrera!
Subí a a recoger premio como segunda clasificada. Estos chollos no pasan a menudo así que disfrute del momento. La pena que me queda es que ésta vez no tenía a mi niña para acompañarme a recoger el trofeo y posar estupendas para la foto jejeje esas fotos que luego quedan como un recuerdo feliz, ya que con la escasez de momentos así, se aprecia mucho el momento. Me faltaba mi niña, y mi niño no quiso subir jejeje... pero feliz como una perdíz!

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