martes, 24 de agosto de 2010

Triatlón San Vicente de la Barquera

  • Distancia: 0,75 km - 20 km - 6 km
  • Día: 21– Agosto – 2010
Este fin de semana me estrenaba en triatlón en mi nueva etapa como madre. Por fin volvía a nadar, pedalear y trotar. Pase muchisimos nervios antes de la carrera, muchisimos. Pero afortunadamente estaba bien arropada. Allí no sólo se desplazaron Remen y Naia conmigo; mi hermano, mi cuñada y mi sobri también estuvieron allí para apollarme, y otro animador inesperado que apareció por allí, Ricar, por lo tanto, tuve mi hinchada mugarrina.
Como en el acuatlón, antes de la carrera me tenía que "vaciar" para aligerar un poco la pechuga para tener menos molestia. Ahí anduve luego en donde estaban las azafatas de la carrera con el sacaleches, sacando el resto que a Naia le había sobrado.
La salida se retrasó media hora así que eso me tranquilizó algo pero no mucho. En cuanto me puse el neopreno y me dijo mi hermano que nadaría hasta la primera boya tranquila para calmarme un poco, no me sosegué. Una vez en el agua y dando las primeras brazadas me fui tranquilizando. La pequeña ya había comido, el material estaba en boxes y yo estaba con lo necesario puesto. Lista y preparada.
Se dio la salida y comenzamos a nadar, me vi rodeada, buena señal, a ver si aguantaba así. Segunda boya, tercera y última boya y aún seguía con gente alrededor, no está nada mal (eso me tranquilizaba, pues hasta ahora en los triatlones salíamos y enseguida me veía nadando sola). Siempre nadando a los pies de alguien, incluso me notaba bien de brazos, de aguante. Se nota que mis brazos ahora tienen más fuerza y aguantan más (antes nada, enseguida se me cansaban braceando).
Por fin me veo en la orilla, me incorporo y trato de soltarme el neopreno. Busco mi sitio en boxes y me preparo con mi TriNocleta pensando en cómo andaré en bici (el entrenamiento ha sido escaso). Según llego a la línea para subirme a la bici, el hombre de la organización me dice que voy sexta. Salgo ilusionada, pero al empezar a pedalear me doy cuenta de que la cadena se me había salido. Me bajo, la pongo rápidamente y me vuelvo a subir. Me cuesta encajar las calas pero finalmente consigo asentarme y empezar a pedalear con fuerza. Bueno, esto al principio, pues nada más salir de San Vicente ya estamos subiendo cuesta arriba. Trato de aguantar como puedo ya que mis subidas en bici ahora son bastante flojas. Mis cuadriceps lo sufren (igual que cuando empecé en este mundillo del Triatlón) así que no quiero forzar, pues mi objetivo no era otro que terminar la carrera y disfrutar lo que pudiera. En los llanos no voy mal, y en las bajadas a veces me faltaban dientes que empujar.
Tras recorrer un perfil de sube y baja y perder algunos puestos en la bici ya estoy en boxes haciendo una transición bastante rápida y salgo de boxes poniéndome el Garmin de Remen para controlar el ritmo de carrera a pie. Las sensaciones corriendo eran muy malas, me parecía ir lentísima pero el Garmin me decía que no iba tan mal sobre los 5:25 el km, ni tan mal, más rápida que entrenando...
Poco duró ese ritmo cuando de repente me vi con una cuesta por delante de la pera. Buf! Después de los sube-bajas de la bici, ahora me veía subiendo cuestas en la carrera a pie también. Vaya bajón que me dio cuando note la sensación de los músculos al subir la primera rampa. Tras subirla, vuelve a cambiar el perfil con un pronunciado descenso, afortunadamente no era muy largo (pero lo suficiente para cagarme en ello) y nada más bajarlo me encuentro con el pivote para dar la vuelta y volver a subir y a bajar otra vez! "Joeeeeeee! pero que es estooooo" me dije... después de eso hasta llegué a dudar de si mis piernas aguantarían otras dos vueltas así, pero luego respire y decidí que lo haría tranquila, sin forzar más de la cuenta ya que tenía que terminar...
Por fin, después de subir y bajar tanto y tanto, tanto esfuerzo (desde el parto no sufría tanto jejeje). Ya me vi camino a meta, y los últimos metros fueron los mejores, que ilusión me hizo ver a mi sobrina de 5 añitos esperándome para darme la mano. Esa fuerza con la que me llevó me hizo subirme arriba y las dos juntas de la mano cruzamos la meta, que bueno! Izaro eres una máquina!!
Eso de Joana... ummmmmm, no sé de donde lo saco, menos mal que al subir al escenario pronunció bien mi nombre... Oihana!
Llegué 5ª en mi categoría, lo cual me permitió subir a recoger premio de nuevo (como el finde pasado). Esta vez muy bien acompañada, por mi niña, y como no, por mi sobrina, que también cruzó la meta como una campeona y se lo merecía.
Conclusión: parece mentira que vaya a decir esto pero lo que más disfrute fue la natación (quién me lo iba a decir!). La bici y la carrera a pie están todavía como asignaturas pendientes. Pero me llevo un buen recuerdo con un par de cuestas marcadas en mi cabeza jajaja...
Sólo me queda agradecer a la hinchada que estuvo allí tranquilizandome y dandome animos. Naia e Izaro, Iratxe y Alber, Ricar y por supuesto a mi queridito Asier. Eskerrikasko a tod@s y los que me habéis felicitado por el txat!

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