- Distancia: 99 km
- Día: 19 – Abril – 2009
Tras el duatlón de Gernika, por la noche llegamos a Castro.
Mi objetivo principal allí era comer la paella con la que tantas veces se me hace la boca agua al pensar en ella. Lo de hacer la marcha para mi se había convertido en algo secundario, pués mis piernas también, con el paso de las horas fueron notando el esfuerzo realizado en Gernika.
Me meti la primera a la cama de la cuadrilla que estabamos alli. Leire, Xabi, Paule, Susana, Turbo, Iratxe, Wiski, Izaro, Remen y su hermano. Bueno, la primera junto con las pekes, Izaro y Paule, como otro niña más. Aún así me costaba algo dormir por el cansancio "dolor" de piernas que tenía, algo que me hizo dudar de mi participación en la marcha al día siguiente.
Por la mañana, esta gente se levantó pronto. Remen vino a la caravana a preguntarme si iba hacer la marcha cuando todavía me parecía estar soñando... madrugaron para hacer pronto la inscripción y preparar las bicicletas. Así que sin tiempo de reaccionar ni despertar sólo me salió un "sí" por impulso.
Allí se presentaron luego también más miembros del equipo. Piki, Txirlo, Berasa y su mujer, Unai López, Alberto San Antón, Juan Bediaga...
Pronto llegó la hora de salir y a pesar de que tenía esperanza de que si no me machacaba mucho podría terminar, me entraba la duda por el temor a las sobrecargas en las piernas, pero tampoco me puse a pensar mucho en ello.
En la salida me encontre con mi compañera del Triatlón Santander Laura Perez. Otra que parecía no importarle el esfuerzo del día anterior. Así anda luego en bici...
Por fin salimos y en los primeros kilómetros ya nos quedamos juntos Susana, Remen, Unai (el hermano de Remen) y mua. Los cuatro juntos en batallón.
Al final Susana y yo nos fuimos distanciando de estos dos, pues Remen iba hacer la marcha con su hermano, asi que las dos neskas fuimos tirando poco a poco.
Al final Susana y yo nos fuimos distanciando de estos dos, pues Remen iba hacer la marcha con su hermano, asi que las dos neskas fuimos tirando poco a poco.
Después de la marcha habíamos encargado la tan deseada paella para mí. La verdad es que me parece un pecado estar en Castro y marcharme de allí sin comer ese manjar.
Comimos en el Don Quijote, el restaurante donde mis padres me llevaban de pequeña y que tan marcada me dejó su especialidad en paella, así que durante la semana avise a mi hermano por si alguien más se apuntaba.
Al final nos juntamos 11 para degustar la susodicha paella. Leire, Xabi (con Paule), Berasa y su mujer, Susana y Turbo, Iratxe y Wiski (con Izaro), y Remen, su hermano, y como no, yo.
La paella tuvo éxito, estaba... bueniiiiiiiiiiiiiiiisimaaaaaaa. Y lo curioso es que te deja la marca de la casa, todos salimos con los dedos amarillos, buena señal! jejeje así que prueba de que comimos "la paella", aqui os dejo la foto de familia con todos mostrando sus huellas dactilares decoloradas... jajaja
Ya sabeis gente, hay que buscar otra carrera/marcha o lo que sea para volver a tener la escusa perfecta para comer la paella, jajaja... esperemos que no pase mucho tiempo en volver a comernos otra!
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