Después del duatlón, como teníamos pensado (y de paso celebrar el trofeo... jijiji...), nos fuimos a comer paella al Don Quijote en Castro. Fuimos allí porque de pequeña había ido alguna vez con mis padres y guardaba un buen recuerdo de la paella. A pesar del paso de los años, vi y deguste aquella paella de marisco que sigue estando y igual o más rica aún si puede...
Llamamos al Don Quijote por la mañana para reservar sitio, no sé si será por la fama o que pero resulta que hasta las 4 de la tarde no había sitio, aún así no nos importó, la espera merecía la pena, y bien que lo mereció... ummmmmmm... mirar la pinta que tenía y mejor que sabía! y eso que está sacada con el móvil... se nos quedaron los dedos amarillos del colorante, de comer los langostinos, los mejillones, las almejas... jajaja buena señal!!!
Os lo creáis o no, acabamos con toda la cazuela! así que para bajar luego, un valenciano que también estaba e vicio.
Luego fuimos a la playa, a Loredo, ya que allí me dijo una amiga que suele estar bien para ir con la tabla, sobre todo para los que somos principiantes, ya que es larga y hay más espacio para todos.
La verdad que al llegar me gusto la playa. Larga, con zonas de olas más grandes y más pequeñas, perfecta... aunque al llegar allí tarde nos pegamos un chapuzón pero luego no me metí con la tabla porque ya corría vientecillo y tenía algo de fresquillo.
Por la noche coincidió que había vervena con una orquesta. Había un escenario gradisimo y estaba cerca de la playa. Allí nos quedamos bailoteando un poco hasta que nos entró el sueño y nos fuimos a dormir...
Os lo creáis o no, acabamos con toda la cazuela! así que para bajar luego, un valenciano que también estaba e vicio.
Luego fuimos a la playa, a Loredo, ya que allí me dijo una amiga que suele estar bien para ir con la tabla, sobre todo para los que somos principiantes, ya que es larga y hay más espacio para todos.
La verdad que al llegar me gusto la playa. Larga, con zonas de olas más grandes y más pequeñas, perfecta... aunque al llegar allí tarde nos pegamos un chapuzón pero luego no me metí con la tabla porque ya corría vientecillo y tenía algo de fresquillo.
Por la noche coincidió que había vervena con una orquesta. Había un escenario gradisimo y estaba cerca de la playa. Allí nos quedamos bailoteando un poco hasta que nos entró el sueño y nos fuimos a dormir...
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