miércoles, 14 de septiembre de 2011

Reflexión...

A veces las cosas no salen todo lo bien que queremos. Hay que tener en cuenta, que por muy bien que quieras hacer las cosas, siempre pueden surgir imprevistos por el camino que no puedas evitar y que hay saber pasarlos como buenamente podemos, e intentando aprender y quedarnos con un lado positivo. Siempre he sido un desastre entrenando. Ahora si, ahora no, me apetece, no me apetece… Me propuse hacer mi primera maratón. Las cosas no están yendo mal. Por una vez estaba siendo constante. Con esfuerzo mental, fuerza de voluntad y esquivando esos grandes momentos de fuerza que te llevan hasta el sofá. Pero a veces, por mucho empeño que pongas, no todo sale al 100%. Desde la semana pasada, nos hemos visto obligados a realizar un paréntesis con los entrenamientos. Un pequeño virus (suponemos gastroenteritis) a irrumpido en nuestro camino, y en el de los de nuestro alrededor. Al ver que caían, algo me hacía pensar que yo me libraría, no se porqué. Pero no ha sido así. Me ha tocado a mi también. Ante esto, sólo toca mirar por la mirilla del lado positivo.
Un ejercicio de positivismo… Lo que no nos mata nos hace más fuertes. Unos días de descanso que no vienen mal, aprovechamos para desconectar de entrenos y demás, descansar y descansar (física y mentalmente), recuperar, estar con los nuestros y coger un bocanada de ganas y fuerzas. Aunque esto último, probablemente al principio quedemos debilitados por el paso de un parásito indeseable, nuestro cuerpo remontará el vuelo y seguiremos a la carga con las pilas de las ganas cargadas, lo que nos ayudará a seguir haciendo frente a los días que quedan. Me voy dando cuenta de que con la larga distancia se aprenden muchas cosas, y eso que acabo de empezar. La de cosas que tengo para aprender!!! La semana pasada los dos entrenos que hice, lo pasé fatal. Los peores que había hecho en mucho tiempo. Pero no me vine abajo, porque de sobra sé que los días malos también vienen en el pack y nos guste o no hay que saber aceptarlos. Saque mis conclusiones positivas pensando “por lo menos no le he hecho, mal, pero hecho…”, “así se va forjando una mujer de hierro…”, y ahora sé una de las posibles causas, que estaría incubando algo que ahora acampa a sus anchas por mi estomago...


Me esta costando recuperarme. Cuando parece que ya estoy bien, el estómago vuelve a dar pequeñas señales...
Paciencia. A ver si mañana me encuentro mejor y retomamos de nuevo los entrenamientos, que después de este parón, QUE PEREZAAAAAAAAA!!!

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